martes, septiembre 25

Sobre los Derechos Humanos frente a la violencia

Qué entendemos hoy por DDHH? Muchas veces se asocian en nuestro pais con el reclamo por los desaparecidos y las cruentas violaciones a los DDHH durante la dictadura, con los abusos sufridos en las cárceles, o la defensa de los derechos de los delincuentes.
Sin embargo, los DDHH, desde la Declaración Universal firmada en 1948 por las 120 naciones congregadas por la ONU, tienen una considerable mayor amplitud.
Así: en su art 2.- 1., dice: "Toda persona tiene todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición." Y algunos de los derechos proclamados son los siguientes: Artículo 23.- 1. "Toda persona tiene derecho al trabajo, a la libre elección de su trabajo, a condiciones equitativas y satisfactorias de trabajo y a la protección contra el desempleo."; Artículo 25.- 1. "Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios; tiene así mismo derecho a los seguros en caso de desempleo, enfermedad, invalidez, viudez, vejez u otros casos de pérdidas de sus medios de subsistencia por circunstancias independientes de su voluntad."
Los artículos suscritos por los estados miembros, se basan en la concepción de la igualdad y universalidad de los derechos humanos. No están en el espíritu ni en la exposición taxativa de la Declaración, condicionales tales como: "... esos derechos serán respetados si es que no perturban las variables macroeconómicas." O bien: "... los mencionados derechos serán respetados cuando se arribe a una sociedad de abundancia". No obstante, se podría torcer el sentido de lo expuesto apelando al Artículo 22.- "Toda persona como miembro de la sociedad, tiene derecho a la seguridad social y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales, indispensables a su dignidad y al libre desarrollo de su personalidad." En ese "... habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado", se diluye el ejercicio efectivo de los derechos y ello nos lleva directamente a la discusión de los modelos económicos.
En un país con suficiente organización y recursos que de pronto pasa al sistema de economía de libre mercado tenderá a ser un simple "administrador" al tiempo que la empresa privada se preocupa por el desarrollo de sus negocios. Los presupuestos para salud, educación y seguridad social son progresivamente recortados. El Estado deja de ser "asistencialista", por consiguiente no tiene responsabilidad en la situación. La empresa privada tampoco tiene que hacerse cargo de los problemas ya que las leyes que pudieran obligarla a proteger tales derechos son modificadas. La empresa entra en conflicto aún con regulaciones sobre salubridad y seguridad laboral. Pero la idea y la práctica salvadora de la privatización de la salud pone a la empresa en situación de llenar el vacío dejado en la anterior etapa de transición. Este esquema se repite en todos los campos a medida que avanza el privatismo que se ocupa de ofrecer sus eficientes servicios a quienes puedan pagarlo, con lo cual el 20% de la población tiene cubiertas sus necesidades. ¿Quién defenderá entonces los derechos humanos dentro de la concepción universal e igualitaria si estos se ejercerán "... habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado"? Porque está claro que "cuanto más pequeño sea el Estado, más próspera es la economía de ese país", según explican los defensores de esa ideología. En este tipo de discusión, de pronto se pasa de la declamación idílica sobre la "abundancia general" a la brutalidad expositiva que con carácter de ultimátum se presenta aproximadamente, en éstos términos: "Si las leyes limitan al capital éste abandona el país, no llegan inversiones, no hay préstamos internacionales ni refinanciación de deudas contraídas anteriormente, con lo cual se reducen las exportaciones y la producción y, en definitiva, se comprometerá el orden social." Así, con toda simpleza, quedará expuesto uno de los tantos esquemas de extorsión. Si esto que venimos comentando lo hemos derivado de la situación de un país con suficientes recursos, en su pasaje hacia la economía de libre mercado, es fácil imaginar el agravamiento de condiciones cuando el país en cuestión no cuente con los requisitos básicos de organización ni recursos. Tal como se está planteando el Nuevo Orden mundial y en razón de la interdependencia económica, en todos los países (ricos o pobres), el capital estará atentando contra la concepción universal e igualitaria de los derechos humanos.
La discusión anterior no puede plantearse en los términos estrictamente gramaticales del artículo 22 porque en él (y en toda la Declaración de los Derechos Humanos) no se está poniendo por encima de las personas una valoración económica que relativice sus derechos. Tampoco es legítimo introducir argumentos tangenciales al explicar que siendo la economía la base del desarrollo social, hay que dedicar todos los esfuerzos a las variables macroeconómicas, para que una vez lograda la abundancia se pueda atender a los derechos humanos.
La consideración sobre los derechos humanos no queda reducida a éstas últimas cuestiones de trabajo, remuneración y asistencia, como en su momento tampoco fuera limitada a los ámbitos de la expresión política y la libertad de conciencia. Hemos destacado algún defecto en la redacción de la Declaración, pero aún así debemos convenir en que bastaría con una escrupulosa aplicación de sus artículos, por parte de todos los gobiernos, para que este mundo experimentara un cambio positivo de gran importancia.
"Los derechos humanos no tienen la vigencia universal que sería deseable porque no dependen del poder universal del ser humano, sino del poder de una parte sobre el todo. Si los más elementales reclamos sobre el gobierno del propio cuerpo son pisoteados en todas las latitudes, solo podemos hablar de aspiraciones que tendrán que convertirse en derechos. Los derechos humanos no pertenecen al pasado, están allí en el futuro succionando la intencionalidad, alimentando una lucha que se reaviva en cada nueva violación al destino del hombre. Por esto, todo reclamo que se haga a favor de ellos tiene sentido porque muestra a los poderes actuales que no son omnipotentes y que no tienen controlado el futuro."

sábado, septiembre 8

Hacia una Educación Latinoamericana y Humanista

El Rol de la Educación para la No Violencia
en los Procesos de Integración Regional

Latinoamérica, en su constitución pluriétnica, plurilingüe y pluriconfesional, es una síntesis cultural, pero, ha de advertirse, existe una carencia significativa en la identidad de sus pueblos. Toda esa diversidad de origen se ha sintetizado, pero el sentir latinoamericano aún no se expresa, no ha formado un espíritu que le de unidad a esta región, no hay un elemento aglutinador que le dé cohesión a las naciones que la componen.
Por otra parte, muchas de las generaciones que coexistimos en este tiempo y en este espacio, nos hemos formado en paisajes signados por guerras mundiales, guerras frías, la caída de medio sistema y estamos asistiendo a la decadencia de la otra mitad, habiendo fracasado en su intento de conformar un imperio mundial, habiendo ya agotado la etapa de globalización. Nos hemos formado en un paisaje donde se han intentado uniformar los sistemas económicos, políticos, las costumbres, la religión, la moda y la forma de pensar. Sin embargo, en todos los casos han tenido que diseñar un modelo latinoamericano para que encaje. Hoy el mundo está compuesto por varios polos regionales de poder económico y bélico que compiten por la hegemonía mundial con el mismo afán globalizador y violento, donde medio oriente vuelve a ser el polvorín del planeta y vuelve la sombra de la unión de occidente contra oriente con nuevos matices de fundamentalismo religioso.
Pero en Latinoamérica estamos en un momento histórico de coyuntura interesante. Podemos apreciar que en todas las latitudes de este continente, algo nuevo está apareciendo, que irrumpe poco a poco mostrando algunos signos que evidencian que la gente quiere otra cosa. Y si el modelo impuesto estuvo signado históricamente por la violencia, habrá llegado la hora tal vez, que desde el seno de los pueblos, se pueda intentar la construcción de un modelo pluralista y no violento.
Por eso estimamos que la Educación para la No Violencia, con la cual venimos trabajando, diferentes agrupaciones en forma más reducida o más amplia, tanto en los centros académicos como en los barrios más empobrecidos, en las poblaciones rurales, en grandes y en pequeñas ciudades, con participantes de las distintas generaciones, con docentes, con estudiantes, en el llano y en la montaña, de todos los países de América Latina, y que vemos como en el interior de todo aquel que toma contacto con esta metodología, se revela una sensibilidad y una comprensión, y una iniciativa de acción capaz de transformar su vida, su relación con el medio inmediato, y que también trasciende en lo social y político cuando la gente se sintoniza. La Educación para la No Violencia podría tener un rol fundamental para producir un salto cualitativo de civilización, producir un cambio de paradigma en función de la construcción de una identidad cultural plural y un espíritu común latinoamericano, en un verdadero proceso de integración de los pueblos de América Latina, capaz de abrirse hacia la construcción de una Nación Humana Universal.

jueves, septiembre 6

Sobre el Aborto

El gran problema es el reduccionismo que se hace de todo instalando una dialectica simplista y absurda "corte o no corte", "paro o no paro", "riber o boca" "aborto o no aborto"... así no se solucionarán los complejos problemas que nuestra sociedad padece hoy, hay que hacer una análisis más profundo de la problemática, el tema del aborto tine que ver con que no hay una concepción coherente de lo que es la vida humana y no se valoran los derechos esenciales.
Si como dicen algunas doctrinas, la vida humana comienza desde la "concepción" (de la union de las células sexuales) el aborto violenta la vida de ese ser humano por nacer. Si por el contrario, se concibe que la vida humana comienza a partir de al apertura al mundo, es decir desde del nacimiento, cuando aquel ente en formación ya puede tener vida con independencia del cuerpo de la, ahora, madre, tal como lo sostiene otro gran sector de la sociedad, el aborto no atenta contra la vida humana, pero sí pone en riesgo al vida de la mujer embarazada y es por eso que debe reconocérsele el derecho a disponer sobre su propio cuerpo, y asistirla en su salud. En tal caso el aborto deberá ser legal y deberá practicarse en todo hospital público.