sábado, agosto 4

El momento actual y mi posición frentista

Intentando hacer una descripción que clarifique la situación actual del Partido Humanista de Entre Ríos, que no se reduzca al sólo interés de efectuar una evaluación ingenua sino que sirva a elaborar una respuesta adecuada para generar pautas de acción, de acuerdo a las más queridas intenciones que compartimos los humanistas de Entre Ríos y que participamos de esta fuerza política que se expresa explícitamente confrontando con los valores decadentes y desgastados que a través de los personajes que lo encarnan desde el poder instalado, aun imperan en las amplias mayorías.

El objetivo del PH fue, desde su fundación, la difusión del humanismo en el campo político, y la obtención de poder político para producir las transformaciones sociales necesarias.
Ese poder político no sólo implica llegar al gobierno, sino contar con el poder popular imprescindible para efectuar los cambios revolucionarios a los que aspiramos.

Sin embargo, los humanistas siempre hemos sabido, que ese poder no podrá ser impuesto desde el propio crecimiento estructural, sino que se podrá construir en la base social con diversidad y proceso de acumulación de fuerzas que no necesariamente deben ser individuales, sino que pueden presentarse desde distintas organizaciones y conglomerados, sean nuevos o preexistentes, aunque no sean originalmente, y tal vez nunca lo sean, humanistas.

La pregunta entonces es cómo hacerlo, a partir de la situación en que nos toca vivir y actuar.

Estamos en un momento donde el contexto tiene una particularidad insoslayable: la socialdemocracia feudal provinciana está perfectamente instalada y se ha adaptado de tal modo que puede generar su propia oposición cuando le plazca, para luego volver a acomodarse teniendo como ganancia, la acumulación de mayor poder a raíz de haber absorbido la creciente falsa oposición, y de haber desalentado y desbaratado a la verdadera.

Así el poder se va centralizando y acumulando de formas oligopólicas cada vez más audaces, que juegan a gusto y piacere con las expectativas y las decepciones de las mayorías, cada vez más desorientadas, cada vez más escépticas y desalentadas.

En los últimos años hemos trabajado estoicamente con aciertos y errores, en momentos mas positivos y otros mas adversos, pero con un registro de unidad creciente y fortalecimiento interno, que se ha reflejado en nuestra participación ininterrumpida en las elecciones, y nuestro trabajo en profundidad permanente por el desarrollo de otros frentes de acción que han contribuido a producir un crecimiento sostenido de nuestra influencia en la base social.

Así otras fuerzas progresistas que han estado a veces más cercanas a nosotros por compartir ámbitos de lucha social, coincidir en análisis y procedimientos y, sobre todo, en un ideal común, y que a veces han estado más alejadas por haber elegido transcurrir otras experiencias desde otros lugares. Algunas de mucho más trayectoria otras más coyunturales, pero claramente identificables desde nuestro punto de vista.

Así coincidimos en este momento en que se dan las condiciones para intentar un proyecto conjunto, donde haya unidad de criterios y de acción, a fin de generar una construcción que sigua una dirección clara y explícita, diversa y plural, sin que se pierda identidad y que además se presenta e irrumpe en clara dialéctica con otro tipo de formación que viene creciendo, y que tiende a ser uniforme, intolerante y rígida, pero que a su vez es distinta a esa otra forma manipuladora, homogenizante y traicionera.

En nuestra provincia es, por todo lo dicho, como nunca, oportuno, que el PH forme un frente político y social amplísimo reorientando la dirección revolucionaria de sus integrantes.

Por eso promovemos la constitución de un frente político con el Partido Comunista, y abierto a la incorporación de todas las fuerzas progresistas de la provincia.