sábado, septiembre 8

Hacia una Educación Latinoamericana y Humanista

El Rol de la Educación para la No Violencia
en los Procesos de Integración Regional

Latinoamérica, en su constitución pluriétnica, plurilingüe y pluriconfesional, es una síntesis cultural, pero, ha de advertirse, existe una carencia significativa en la identidad de sus pueblos. Toda esa diversidad de origen se ha sintetizado, pero el sentir latinoamericano aún no se expresa, no ha formado un espíritu que le de unidad a esta región, no hay un elemento aglutinador que le dé cohesión a las naciones que la componen.
Por otra parte, muchas de las generaciones que coexistimos en este tiempo y en este espacio, nos hemos formado en paisajes signados por guerras mundiales, guerras frías, la caída de medio sistema y estamos asistiendo a la decadencia de la otra mitad, habiendo fracasado en su intento de conformar un imperio mundial, habiendo ya agotado la etapa de globalización. Nos hemos formado en un paisaje donde se han intentado uniformar los sistemas económicos, políticos, las costumbres, la religión, la moda y la forma de pensar. Sin embargo, en todos los casos han tenido que diseñar un modelo latinoamericano para que encaje. Hoy el mundo está compuesto por varios polos regionales de poder económico y bélico que compiten por la hegemonía mundial con el mismo afán globalizador y violento, donde medio oriente vuelve a ser el polvorín del planeta y vuelve la sombra de la unión de occidente contra oriente con nuevos matices de fundamentalismo religioso.
Pero en Latinoamérica estamos en un momento histórico de coyuntura interesante. Podemos apreciar que en todas las latitudes de este continente, algo nuevo está apareciendo, que irrumpe poco a poco mostrando algunos signos que evidencian que la gente quiere otra cosa. Y si el modelo impuesto estuvo signado históricamente por la violencia, habrá llegado la hora tal vez, que desde el seno de los pueblos, se pueda intentar la construcción de un modelo pluralista y no violento.
Por eso estimamos que la Educación para la No Violencia, con la cual venimos trabajando, diferentes agrupaciones en forma más reducida o más amplia, tanto en los centros académicos como en los barrios más empobrecidos, en las poblaciones rurales, en grandes y en pequeñas ciudades, con participantes de las distintas generaciones, con docentes, con estudiantes, en el llano y en la montaña, de todos los países de América Latina, y que vemos como en el interior de todo aquel que toma contacto con esta metodología, se revela una sensibilidad y una comprensión, y una iniciativa de acción capaz de transformar su vida, su relación con el medio inmediato, y que también trasciende en lo social y político cuando la gente se sintoniza. La Educación para la No Violencia podría tener un rol fundamental para producir un salto cualitativo de civilización, producir un cambio de paradigma en función de la construcción de una identidad cultural plural y un espíritu común latinoamericano, en un verdadero proceso de integración de los pueblos de América Latina, capaz de abrirse hacia la construcción de una Nación Humana Universal.